7 feb 2017

El agua es vida


Si un recurso es básico para la supervivencia del ser humano ese es el agua o ahamen. En el caso de los antiguos insulares, como se puede imaginar todo el que conoce nuestra climatología, era vital en el sentido más literal del término. Para comprobarlo basta con observar la distribución demográfica insular condicionada absolutamente por la presencia de los recursos hídricos. Los habitantes del archipiélago, hasta no hace muchas décadas, hemos sido extremadamente dependientes del régimen de precipitaciones y los acuíferos disponibles. Tanto es así que un año de sequía y escasez del preciado líquido podía provocar migraciones interinsulares y terribles hambrunas. 

El agua para el pueblo canario desde el punto de vista psico-social, como diría Manuel Alemán, es algo más que una palabra para designar un elemento físico. El agua ha marcado más que en otros pueblos, la naturaleza, la economía, la política, la sociedad, la ideología y hasta la religiosidad del isleño. La clave para entenderlo es el régimen de lluvias en Canarias, como en gran parte del norte del Continente, sufre variaciones extremas de ciclos periódicos de varios años. Años de abundantes lluvias se combinan caprichosamente con los secos. Esta realidad ha condicionado nuestra realidad humana desde que los primeros habitantes arribaron al archipiélago.